divendres, 15 de febrer del 2013

¡Deléitanos, T!

“¿Acaso conocéis a algún tío bajito que se haya fijado en una mujer alta?” Con esta frase el amigo T llega a la fase culminante de su discurso. El bar está lleno hasta los topes y T está más crecidito que nunca. Posee la seguridad de saber que hay quien se ha metido de hostias en el exterior del local para poder escuchar su conferencia de esta noche: una charla informal emocional que lleva por título ‘Consejos sentimentales para sementales XS’.

En la sala no cabe ni un alfiler y T administra los silencios como nadie. En este momento desconcierta al respetable con una dilatadísima pausa dramática antes de responder a la cuestión que él mismo ha planteado: “No, no conocéis a ningún taponcete que se haya fijado en una mujer más alta. ¿Y sabés por qué? —sí, ha dicho sabés; imita intermitentemente el acento argentino—. Un retaco no se fija en una mujer más alta que él por una sencilla razón: la selección natural, esa ley que nos afecta a todos sin escapatoria, aunque recurramos al hilo dental después de cenar fricandó”. Con esta afirmación el enano T provoca la mayor ovación de la noche. Una vez más, ha demostrado que es el puto amo y se ha metido en el bolsillo a la masa informe que abarrota la sala. Sí, T se ha ganado a cada uno de los asistentes con su elocuencia de taxista en turno de noche. El discurso de hoy ha sido especialmente brillante. Ha soltado perlas como una ostra superproductora. Sólo algunos ejemplos: “si una mujer te mira la boca más de dos segundos cuando te habla, te va a cazar para cenarte a la brasa”; o “desconfiad siempre de los niños vestidos como adultos”; o “si una tía os cuenta lo mal que está con su novio, besadle la frente y facturadla imitando la voz de su madre”. T sigue en la brecha. Es tan crack… Esta noche está tan por encima del resto de mortales que flota como un astronauta en su extraño púlpito de adoctrinamiento.

La velada sería perfecta si no fuera porque al colega T no lo ve ni Dios: un grupo de chicas eslovenas aficionadas al básquet se ha situado en las primeras filas del garito y forma una enorme muralla humana a su alrededor. Aunque eso no importa. Sus palabras llegan a los corazones de cada uno de los presentes, que aplauden con los ojos humedecidos como abuelos emocionados en un festival de final de curso.
 
T es el mejor. Nadie desgrana la naturaleza humana como él. No exagero: hay un antes y un después de T en las teorías sobre las relaciones entre machos y hembras. Creedme.


Instantánea de la conferencia (T parece más alto gracias al photoshop) 

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